Wind Voyager Triple S 2017

¡Hola!
¿Conoces el Wind Voyager Triple S Invitational?
Es la competición más prestigiosa del mundo del kitesurf y la más esperada del año. Se lleva haciendo 12 años y, en gran medida, ha influenciado nuestro deporte para ser lo que es hoy en dia. Solo se puede acceder por invitación y son invitados cada año los 22 mejores hombres y 8 mejores mujeres del mundo.
Este año fui invitada.

Pre-competición
Con el tiempo he aprendido que me va mucho mejor en las competiciones cuando tengo tiempo para ir con antelación al spot de la competición. Dicho y hecho, 1 mes antes llegué a Cape Hatteras para entrenar. La competición es organizada por Real Watersports, una escuela y tienda de kite. Compartir mi día a día con la gente que forma esta empresa es simplemente un placer. Los profes de kite están siempre super motivados para ir a navegar contigo después de salir de trabajar, las chicas en la tienda siempre tienen una sonrisa para ti (y algún bikini que acaba de llegar a la tienda que enseñarte) y, en el restaurante, siempre tienen algun plato mejor que el anterior que ofrecerte.

REAL WATERSPORTS / Photo: Lance Koudele

Además, tener un poco de rutina y no estar todo el día viajando me viene super bien. Mis días aquí son básicamente levantarme lo más temprano que me permita el cuerpo (a veces estoy tan físicamente reventada que no doy para mucho), sesión de yoga, desayunar, mirar el viento. Si hay, ir a navegar, si no hay, hacer emails y buscar patrocinadores para la temporada que viene (el que no nada se ahoga!).
La verdad es que he tenido suerte y ha habido viento casi cada día… Asi que he tenido un montón de tiempo para entrenar.

 

La competición

Normalmente, en la semana antes de la competición me pongo histérica perdida (entiéndase histérica por la incapacidad y/o dificultad para dormir, dificultad para ingerir alimentos y el temblor constante de las extremidades). Pero no fue hasta el día antes de la competición, el día de la inaguración que los nervios empezaron a aparecer.
Aun así, siempre me sentí super arropada por todos mis amigos americanos, la gente de Real, con la que había pasado el último mes de mi vida. La competición empezó y… Estaba compitiendo bien. Parece que fui capaz de canalizar todos los nervios y toda la adrenalina. Tras competir el día entero… Tuvimos que posponer las «finales» de las calificaciones para el día siguiente.

El momento de la verdad

Empezamos super temprano, a las 8am las chicas estabamos en el agua compitiendo. Es decir, levantarse a las 6, llegar sobre las 7 am al spot, montar volando todas las cometas y, al agua. Aquí es donde vino el pequeño momento que lo cambió todo. Tras darle dos veces al kicker, vuelvo a sentarme en la hierba con mi cometa esperando por mi último intento y… Plas, se me rompen los cordones de las botas (…)
¡Vaya desastre!, ¡¿Y yo ahora qué hago?! Bueno, el tiempo me ha enseñado que entrar en pánico no sirve para nada así que intenté arremendar los cordones como pude para ir a hacer mi último intento en el kicker. ¡¡Mierd*!! Con las prisas me había dejado el palito del chicken loop dentró y tiré a la basura mi último intento. Asi que todo quedaba a merced  del John Wayne; el obstáculo más difícil de la competición.
Salí del agua pensando que había tenido la mejor puntuación de todas las chicas en ese obstáculo (¡había aterrizado un truco que ninguna chica había atterizado antes!) pero que, aun así, si pasaba a la final sería por muy poco debido a haberla liado en el kicker. Parece ser que los jueces no pensaron así. Me pusieron una puntuación horrible y… Me quedé a 1 punto de llegar a la final.

La vida sigue

Nada más oir las puntuaciones finales, le di la enhorabuena a las otras competidoras y me fui lo más escondida que pude a dejar caer algunas lágrimas de cocodrilo.
Tomé unos días de descanso después de la competición y, volví a seguir entrenando (y divirtiéndome, que no se nos olvide que la vida también es diversión). La verdad es que me quedé bastante «rota»… Tanto tiempo y dinero invertidos en esta competición…  Tanto sacrificio, tantas horas… Siempre he estado convencida de que, si trabajas muy duro en algo, no hay manera de que no lo consigas. Eso que aprendimos en el cole, en filosofía de «si estudias aprobarás» no es del todo cierto en cuanto al deporte. Este deporte no es atletismo o vela o baloncesto… Donde gana el más rápido o el que tenga mejor equipo. En este deporte dependemos de las condiciones, de nuestro equipamiento, de la mirada subjetiva de unos jueces… ¡Hay tantas cosas que entran en juego! Al final, con el tiempo he aprendido que el trabajo duro no me va a llevar a los resultados que deseo, ¡me va a acercar a ellos! Pero no es la llave que abre esa puerta. Con el tiempo, he aprendido a disfrutar un poco más del camino, ya que al final, es lo que te da la experiencia, las amistades, los buenos  momentos… No llegué a la final de la Triple S pero, ¡me llevé un sinfín de otros trofeos.

 

La primera vez en la historia

Bueno, cabe destacar que me dieron un pequeño reconocimiento llamado: «Slicktyle Attitude Award» (Premio a la actitud». Mientras presentaban el premio decían que este premio iba dirigido a aquella persona que contagia de energía positiva a los demás, a aquella persona que entra al agua la primera y sale la última, a aquella persona que anda siempre con una sonrisa en la cara (tanto dentro como fuera del agua) y algunas cosas más que no recuerdo…
Además, me chivaron que ese premio nunca, en 12 años de competición, se lo habían dado a una mujer. Asi que estoy orgullosa de poder hacer un poquito de historia en este sentido, estoy orgullosa de haber quedado 5ª en mi primera competición, estoy orgullosa de que la gente me considere alguien con ese tipo de energía.

 

 

Nos vemos en el agua,

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